Es una unidad biológica y estructural compuesta por dentina y pulpa que funcionan de manera integrada. 

La dentina es una capa de tejido conectivo mineralizado con una matriz orgánica de proteínas de colágeno tipo I.  Está compuesta en un 70% por materiales inorgánicos, 20% de materiales orgánicos, y 10% de agua en peso. Las fibras que componen la dentina miden de 50 a 100 nm de diámetro y se orientan aleatoriamente en un plano perpendicular a la formación del tejido y junto al resto de componentes forman una estructura característica tubular llamada túbulos dentinarios que irradian desde las uniones con esmalte y cemento hasta la pulpa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el interior de los túbulos dentinarios se encuentran los procesos odontoblásticos, que son prolongaciones citoplasmáticas de los odontoblastos , cuyos cuerpos se encuentran en la región más periférica de la pulpa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ésta condición permite que ambos tejidos se acoplen funcionalmente ante un estímulo, y son los responsables de que el diente funcione como un órgano sensorial; cuando tiene lugar un estímulo se produce una activación hidrodinámica originada por la diferencia entre la velocidad de contracción del fluido dentinal con la del volumen de los túbulos que lo contienen. La pulpa responde a dichas agresiones con una respuesta inflamatoria que genera un movimiento del fluido hacia el exterior. A largo plazo los tejidos pulpares producen dentina terciaria como una respuesta biológica para reducir la permeabilidad del complejo dentino-pulpar  y para restaurarlo a su estado inicial. (60)